El cierre de farmacias rurales en la provincia de Valladolid sigue siendo una preocupación urgente. En la última década, las farmacias en localidades rurales han disminuido constantemente, reflejando un deterioro en la prestación de servicios sanitarios esenciales más allá de las zonas urbanas.
Desde 2014, el número total de farmacias en Valladolid ha disminuido de 287 a 280, según cifras del Consejo General de Colegios Farmacéuticos. Mientras que en la capital la cifra ha aumentado ligeramente de 161 a 162, los pueblos han visto caer el número de farmacias de 125 a 118. Esta tendencia no solo refleja el abandono rural, sino también la pérdida de servicios básicos en estas áreas.
Como solución temporal, seis de los siete pueblos afectados ahora cuentan con botiquines farmacéuticos. Estas pequeñas instalaciones, gestionadas por farmacias en localidades cercanas, abren solo unas pocas horas a la semana. Aunque estas ofrecen un mínimo acceso a medicamentos, no reemplazan la presencia constante de un farmacéutico; una figura clave para el bienestar comunitario.
La situación de cierre de farmacias no es solo resultado de la disminución demográfica, sino también de jubilaciones sin sucesiones. El presidente del Colegio de Farmacéuticos de Valladolid, Rafael Martínez, subraya que muchas de estas farmacias estuvieron a punto de ser regaladas, pero no hubo interesados en hacerse cargo de ellas debido a la falta de viabilidad económica que enfrentan.
Para contrarrestar este problema, existen las farmacias VEC (Viabilidad Económica Comprometida), que reciben ayudas financieras para mantenerse a flote. En 2023, hay 24 farmacias bajo este esquema en la provincia, lo cual, aunque supone un ligero incremento respecto al año anterior, está lejos de las 36 que hubo en 2015. Estas farmacias deben cumplir ciertos requisitos, como no superar un volumen de facturación anual para recibir estos beneficios.
La Consejería de Sanidad de Castilla y León desempeña un papel crucial en la organización y actualización del mapa farmacéutico regional. En noviembre de 2024, se publicó una nueva clasificación que divide a Valladolid en 23 áreas urbanas, 9 semiurbanas y 19 rurales, delineando dónde es más urgente intervenir. Este mapa es una referencia vital para determinar la ubicación de nuevos botiquines o farmacias.
Ante esta situación crítica, las autoridades locales y regionales trabajan conjuntamente para abrir nuevas farmacias donde se necesiten, como ocurrió recientemente con el barrio del Pinar de Jalón en Valladolid. A pesar de su rápido crecimiento y una población que ya supera los 3,000 habitantes, carecen de farmacia y centro de salud, obligando a sus vecinos a recorrer distancias significativas para recibir atención farmacéutica.
Con 824 farmacéuticos colegiados en Valladolid, que representa solo el 1% del total en España, la provincia presenta una densidad profesional de 158 por cada 100,000 habitantes, algo menor a la media nacional. A nivel regional, Castilla y León ostenta un lugar privilegiado en este contexto, aunque el desafío de asegurar farmacias viables en el entorno rural sigue siendo un reto significativo que urge abordar.