El Ayuntamiento de Valladolid ha manifestado su intención de revisar la ordenanza sobre el uso de bicicletas y vehículos de movilidad personal, tras recibir sugerencias de los grupos municipales.
Alberto Gutiérrez Alberca, responsable de Tráfico y Movilidad, se reunió el martes con los portavoces para debatir la propuesta tras no poder hacerlo en la reciente Comisión de Movilidad. Aunque la discusión había sido postergada, esta nueva reunión deja claro que el ayuntamiento está dispuesto a adaptar el documento reglamentario, principalmente en respuesta a la creciente utilización de bicicletas y patinetes eléctricos, que se ha convertido en una tendencia imparable en la ciudad.
La necesidad de reformular la ordenanza surgió luego de que un fallo judicial anulara el texto que permitió modificar características esenciales como carriles bici y exclusivos para buses y taxis. Esto desató un debate sobre las condiciones necesarias para regular de manera justa y efectiva estos medios de transporte. Gutiérrez Alberca apuntó que han cotejado diversas opiniones sobre estas circunstancias, intentando conciliar la seguridad y la eficacia del sistema de movilidad.
El concejal del PP ha anunciado que la próxima semana se llevará el planteamiento al Pleno municipal, donde se presentarán enmiendas por parte de los partidos políticos. La prioridad del equipo de Gobierno es tratar de incorporar algunas propuestas relevantes, especialmente aquellas que abordan el uso de elementos reflectantes y las normas de circulación para patinetes en callejones de 50 km/h.
Desde Valladolid Toma la Palabra, Jonathan Racionero expresó la necesidad de revisar puntos específicos de la ordenanza. La formación teme que algunas disposiciones sean más restrictivas de lo necesario. De acuerdo con Racionero, esta postura contrasta con la normativa a nivel estatal, que aún está pendiente de aprobación y que no impone tantas restricciones.
El concejal de Valladolid Toma la Palabra subrayó que, aunque pueda ser positivo adelantarse con ciertas medidas, no tiene sentido implementar reglas que demonizan el uso de patinetes y otros medios de transporte sostenible. Racionero enfatizó que estos dispositivos son empleados por un número creciente de ciudadanos y que su uso promueve un entorno urbano más saludable.
El diálogo abierto y el ajuste de las normativas implican un esfuerzo por encontrar el equilibrio entre el uso moderno de medios de transporte y la seguridad vial, una cuestión que es cada vez más urgente en las políticas de movilidad urbana. La voluntad de los distintos grupos municipales de colaborar en este proceso podría llevar a la creación de una ordenanza renovada que mejore el marco actual.
En definitiva, mientras Valladolid busca adaptar sus normativas locales a las nuevas realidades de movilidad urbana, las sesiones de debate y la disposición a incluir cambios reflejan un enfoque más inclusivo que podría servir de modelo para otras ciudades enfrentando el mismo desafío.