Mayo es el mes por excelencia de las primeras comuniones, y en Ávila y provincia no es ninguna excepción. Las parroquias afrontan en estas semanas (y los primeros días de junio) las celebraciones de este simbólico sacramento, un antes y un después para los católicos y un momento importante en la vida de muchos niños.

Las familias creyentes lo saben y por eso no dudan en celebrarlo por todo lo alto, en ocasiones incluso tirando la casa por la ventana y recurriendo al endeudamiento, según destacan desde la Unión de Consumidores de Arévalo y Comarca-UCE. La organización ha elaborado el informe del gasto de la Primera Comunión de este año 2025 y la primera conclusión es clara: hay un leve incremento respecto al año anterior de alrededor el 1,5%, aunque respecto al 2023 «se nota más la subida».

Es la tónica de prácticamente todos los años, de ahí que al echar la vista atrás, en el acumulado de los últimos ejercicios, comprobamos que el gasto en la celebración de la Primera Comunión se ha disparado prácticamente un 50% desde 2015. Y eso que, tal y como reflejan en el estudio, los costes contemplados son «solo con lo básico», ya que en las comuniones, como en las bodas y otros eventos, cada familia se puede gastar lo que buenamente pueda o quiera porque las posibilidades son casi infinitas.

En cualquier caso, y teniendo en cuenta que se trata de una media y que no todos los presupuestos son iguales, UCE-Arévalo estima entre 2.800 y 2.900 los gastos de una celebración de Primera Comunión en la provincia, en la línea de la media de la Comunidad, cifrada en 3.000 euros. Unas cifras, en los dos casos, muy inferiores a algunos datos aportados por asociaciones nacionales, que elevan la media a un mínimo de 4.000 euros. De ahí para arriba.

Los principales gastos son el vestuario, los zapatos, los complementos, la peluquería, la fotografía, los recordatorios, los obsequios y el banquete en el restaurante, que se suele llevar la mayor partida.

por redaccion