El vivero de Ciencias de la Salud de La Corredoria se prepara para un gran cambio. Este espacio, en manos de la consejería de Ciencia dirigida por Borja Sánchez, tiene la ambiciosa meta de fomentar la creación de más de cien empleos, establecer quince nuevas empresas y prestar apoyo a otras 35.
La transformación de este vivero en una bioincubadora de alta tecnología es parte de una estrategia más amplia para impulsar el ecosistema de innovación en la región. Para ello, se utilizarán 1,2 millones de euros procedentes de fondos europeos, lo que marca un importante respaldo económico para el desarrollo económico y tecnológico local. Este proyecto no solo busca generar empleo, sino también posicionar a la región como un referente en el ámbito de las ciencias de la salud.
Uno de los pasos cruciales para poner en marcha esta bioincubadora es la licitación del servicio de consultoría enfocada en análisis empresarial, investigación y desarrollo. La encargada de llevar a cabo este proceso es la administración del Principado, que ha asignado un presupuesto de 319.193,31 euros para el contrato, extendiendo su ejecución a lo largo de dos años. Esta consultoría se encargará de realizar estudios y diagnósticos que permitirán identificar las mejores estrategias para la incubación de empresas de base tecnológica.
Siete empresas han mostrado su interés y se han presentado a la licitación, lo que refleja un gran interés en participar en este proyecto que promete dinamizar la economía local. La consultoría seleccionada será clave para el éxito de esta iniciativa, dado que tendrá la responsabilidad de trazar una hoja de ruta efectiva que aborde tanto las necesidades inmediatas como los planes a largo plazo de las organizaciones que se instalen en la bioincubadora.
La primera fase de este proyecto está planificada para comenzar este mismo año, lo que indica un cronograma de implementación ambicioso pero cuidadosamente elaborado. Durante esta etapa inicial, se establecerán las bases necesarias para el desarrollo de las infraestructuras y servicios que la bioincubadora ofrecerá a sus inquilinos, asegurando que cuenten con las mejores condiciones para su crecimiento y consolidación en el mercado.
Este esfuerzo no solo está centrado en la creación de empleos y empresas, sino también en fomentar un entorno de innovación donde la interacción entre la ciencia y la tecnología genere nuevas oportunidades de negocio. La incubadora pretende ser un punto de encuentro para investigadores, emprendedores y empresas del sector salud, promoviendo la colaboración y el intercambio de conocimientos.
La iniciativa también prevé la posibilidad de establecer sinergias con otras instituciones educativas y científicas de la región, lo que fortalecerá aún más la capacidad de innovación del vivero. Al integrar distintos actores del ecosistema de investigación e innovación, se espera que este espacio se convierta en un semillero de ideas revolucionarias que aporten significativamente a la industria de la salud.
La bioincubadora de La Corredoria tiene el potencial de transformar el panorama empresarial de la región, motivando la creación de un núcleo de excelencia en ciencias de la salud que no solo generará oportunidades laborales, sino que también impulsará el progreso y la competitividad de manera sostenible.