En un aparcamiento público de Oviedo, un hombre de 66 años fue hallado sin vida en el interior de su furgoneta camperizada. Su cuerpo estaba «prácticamente momificado».
Los investigadores han determinado que el último contacto conocido con el hombre fue el pasado 30 de marzo, cuando publicó una entrada en sus redes sociales. Desde entonces, ni sus amigos ni familiares habían tenido noticia alguna de él, lo que lleva a pensar que su fallecimiento pudo haber ocurrido poco tiempo después de esa fecha. La falta de comunicación levantó sospechas, pero la situación terminó en una trágica revelación luego de meses de incertidumbre.
La furgoneta, que se encontraba estacionada en un aparcamiento frecuentado por locales y turistas, pasó desapercibida durante meses. A pesar de la proximidad del vehículo con zonas transitadas, nada llamó la atención de los transeúntes. Esto revela la dificultad de identificar situaciones de emergencia en espacios públicos, especialmente cuando el exterior de un vehículo no presenta indicios de alarma.
Las autoridades locales señalan que el cuerpo se encontraba en un avanzado estado de momificación, lo que sugiere un largo periodo desde el fallecimiento. Este estado del cadáver ha dificultado las investigaciones iniciales sobre las causas exactas de su muerte. Los investigadores han solicitado la colaboración de expertos forenses para determinar las circunstancias y el tiempo exacto del fallecimiento.
La noticia ha causado conmoción en la comunidad ovetense, que se encuentra sorprendida por el hecho de que alguien pudiera permanecer tanto tiempo sin ser descubierto. Habitantes locales y conocidos se han acercado al lugar para presentar sus condolencias. La situación también ha despertado un debate sobre la atención a las personas que, por diversas razones, podrían estar aisladas socialmente.
Este incidente resalta la importancia de mantener el contacto regular con seres queridos, especialmente cuando viven solos o tienen estilos de vida que los alejan de la rutina diaria. Las redes sociales, que en este caso fueron la última línea de comunicación del fallecido con el mundo exterior, nos recuerdan la fragilidad de nuestros lazos cuando se basan exclusivamente en interacciones virtuales.
El caso permanece abierto mientras se aguarda el informe forense definitivo. Las autoridades piden a cualquier persona que pueda tener información relevante que se acerque para contribuir a aclarar los hechos. Entre tanto, la historia de este hombre invita a reflexionar sobre la conexión humana y la necesidad de estar atentos a quienes nos rodean, para que sucesos así no pasen desapercibidos por tanto tiempo nuevamente.