Oviedo se prepara para la activación de ocho nuevos radares en la segunda quincena de noviembre. Estos dispositivos han sido instalados en lugares con alta incidencia de accidentes de tráfico o donde los residentes se han quejado reiteradamente por el exceso de velocidad.

La colocación de estos radares responde a una estrategia del Ayuntamiento para mejorar la seguridad vial en la ciudad. Las ubicaciones elegidas incluyen puntos como Hermanos Menéndez Pidal, General Elorza, la Tenderina y la Ronda Sur, entre otros. Estos lugares fueron seleccionados cuidadosamente tras un análisis de las estadísticas de siniestralidad y las demandas de los vecinos.

El concejal de Seguridad Ciudadana, José Ramón Prado, explicó que aunque se instalarán ocho cajas para los radares, solo se usarán dos cinemómetros de manera rotativa. «Nuestro objetivo es tener un efecto disuasorio, no recaudatorio», subrayó Prado. De esta forma, se espera que los conductores mantengan una velocidad adecuada no solo por miedo a las sanciones, sino como hábito.

Localidades como la calle Dinamarca en el polígono del Espíritu Santo, Martínez Marina y Azcárraga también serán puntos de control. A pesar de la preocupación popular por eventuales multas, la administración insiste en que la medida es esencial para prevenir accidentes y mejorar la convivencia en las calles.

Prado enfatizó que estos radares no estarán funcionando al mismo tiempo, sino que los dispositivos se moverán de un lugar a otro. Esta estrategia busca crear una incertidumbre positiva entre los conductores, promoviendo el respeto a los límites de velocidad establecidos constantemente.

Vecinos locales han expresado opiniones encontradas sobre la medida. Algunos muestran alivio con la nueva implementación, esperando que reduzca la velocidad de los vehículos en áreas problemáticas. Sin embargo, otros creen que puede ser una mera estrategia de recaudación y han solicitado transparencia sobre su funcionamiento y resultados.

Aunque la promesa de que los radares no se utilizarán simultáneamente tranquiliza a ciertos ciudadanos, el Ayuntamiento aún enfrenta el desafío de demostrar que dicha implementación es exclusivamente por la seguridad vial. El informe de siniestralidad y el análisis de las quejas vecinales serán fundamentales para evaluar el éxito del proyecto.

En definitiva, los nuevos radares en Oviedo son un paso significativo hacia la mejora de la seguridad vial. Mientras tanto, el Ayuntamiento se compromete a seguir trabajando en colaboración con los vecinos para asegurar una ciudad más segura para todos sus habitantes.

por redaccion