El estadio Carlos III, después de casi veinte años de su demolición, resurgirá en el mismo lugar en la ciudad. Las nuevas obras aprovecharán el espacio original para proteger los restos arqueológicos ocultos en el subsuelo.
El diseño del nuevo estadio ha tenido en cuenta los estudios de georradar realizados en 2001 para garantizar que la construcción no dañe posibles yacimientos arqueológicos. Según el proyecto, todas las actividades se llevarán a cabo por encima del nivel actual del terreno, lo que asegura que no habrá movimientos de tierra significativos, minimizando el impacto en los restos.
El proyecto, que contará con un presupuesto base de 744.582 euros, prevé la construcción de dos edificaciones principales. El campo de juego ocupará un área de 7.810 metros cuadrados, mientras que la zona auxiliar sumará otros 3.888 metros cuadrados, alcanzando un total de 11.698 metros cuadrados de superficie.
El nuevo campo de juego, respetando las dimensiones tradicionales, medirá 68 metros de ancho y 105 de largo. La instalación de césped artificial será llevada a cabo por la Universidad de Castilla-La Mancha y estará equipada con torretas de luz de 18 metros de altura. Este espacio no solo servirá a los residentes y la comunidad universitaria, sino que también funcionará como un banco de pruebas para la FIFA.
El estadio Carlos III jugará un papel crucial en un proyecto innovador que ha obtenido fondos europeos. Investigadores buscan reemplazar el caucho tradicional en el césped artificial con Ecolastene, un material reciclado de plásticos que ofrece una solución más sostenible. Este proyecto podría atraer a selecciones nacionales para probar este nuevo material, como mencionó el alcalde Carlos Velázquez.
Además del campo principal, la zona auxiliar contará con vestuarios, un espacio para árbitros, almacenes, una sala de primeros auxilios y baños adaptados, ofreciendo instalaciones modernas y funcionales tanto para los jugadores como para el público en general.
Situado entre Camino Molinero, avenida Más del Rivero y el paseo Cristo de la Vega, el nuevo estadio implicará el desmontaje del cierre perimetral actual. Se construirá uno nuevo con postes metálicos sobre cimentación de hormigón, facilitando varias entradas tanto para vehículos como para peatones.
Por último, el proyecto incluye la posibilidad de ampliar las instalaciones con un campo de Fútbol 7. Esta ampliación requerirá una nueva fase de licitación y negociación, debido a que el terreno adyacente es de propiedad privada. Este paso subraya el compromiso de la ciudad con el deporte y la modernización de sus infraestructuras.